¿Nunca os habéis preguntado que otras criaturas mitológicas podéis usar en vuestras novelas? Hay mucho más mundo que los vampiros, las alienígenas y las sirenas. Dado que recientemente estoy de viaje por Argentina me he propuesto aprender más sobre la historia de este país, y los monstruos que habitan en él.
Empezamos con el mágico lobizón, el hombre lobo argentino.
En primer lugar. Son seres distintos. Tiene una historia completamente diferente.
Mientras que la leyenda del licántropo u hombre lobo presenta muchos orígenes. Siendo el más antiguo la leyenda de Licaón, Grecia, el cual era un salvaje y fue castigado por Zeus; transformado él y sus descendientes en lobos. Desde entonces hay múltiples leyendas en la mitología griega sobre personas que se convierten en lobos, bien por comer carne humana o por otros motivos.
El mito evolucionó durante la edad media, e incluso aparece en leyendas armenias, haciendo referencia al hecho que el lobo era una figura de temor clave en las historias de la antigüedad (Wikipedia).
Sin embargo, al llegar a Argentina y la mitología guaraní, nos encontramos con un problema, y es que en Sud América no hay lobos. Lo más parecido es el aguara guazú (zorro grande). De hecho, según la descripción que he encontrado, es una especie de mezcla de perro y cerdo. La maldición cae sobre el séptimo hijo varón de una pareja y solo se transforma los martes y viernes de los meses impares (muy específico si me preguntáis) (Leyendadeterror.com).
En segundo lugar. Como se pasa la maldición.
He tenido que rebuscar y parece que originalmente no se contagiaba la licantropía en Europa. Los hombres lobos podían dejar de serlo si llevaban a cabo ciertas gestas (como no comer carne humana durante 9 años, no muy difícil si me preguntáis). No es hasta los años modernos que empieza a verse un contagio de la condición, asociado al mordisco (o arañazo) de la bestia.
El lobizón por otro lado, se puede pasar de una persona a otra si pasa por entre las piernas de otra persona y se aleja arrodillado, y rezando un padre nuestro. Me da que si a mí me pasará lo notaria.
Por ultimo. Como se combate.
Es conocido comúnmente que la plata es lo único capaz de herir a la bestia. Y como he comentado más arriba, la maldición puede llegar a romperse si el lobo no come carne humana en 9 años, o similar. Por lo general suele ser una maldición que se mantiene a lo largo de toda la vida de la persona, y que solo acaba con su muerte.
El lobizón, sin embargo, puede llegar a evitarse si lo apadrina el hermano mayor o EL PRESIDENTE DE LA NACION. De hecho hay una ley en Argentina para que el Presidente siempre apadrine a los séptimos hijos. En cuanto a matarlo, puede hacerse con un arma cualquiera, siempre y cuando haya sido bendecida. Pero cuidado, si el lobizón ve su sangre volverá a su forma humana, y te odiara para siempre.
Que me decís, ¿conocéis alguna novela con un lobizón?
2 respuestas a “Leyendas Argentinas: el hombre lobo argentino”