¿Alguna vez os ha pasado? El leerte un libro, engancharte, devorar el siguiente, ¿pero odiar todos y cada uno de sus personajes?
A mí me paso recientemente. Me quede parada al acabar la segunda parte de la Trilogía de Eblus. Intentando entender porque sentía la imperiosa necesidad de empezarme la tercera entrega, y al mismo tiempo estrangular a todos sus puñeteros personajes.
Se ha hablado mucho sobre cómo hacer un villano. En el cine, en los libros. Se dice que el trasfondo de un buen villano es que este no sepa que es el villano, es que sus motivos y acciones puedan ser justificados ante el público.
No voy a meterme en tipos de villanos, ni cómo hacer un buen villano, hay tropecientosmil artículos al respeto. Además aún estoy aprendiendo, así que mejor doy mi opinión.
Pero qué pasa cuando el malo, sabe que es el malo. No me estoy refiriendo a la maldad absoluta tipo Sauron, a nadie le caía bien ese pendejo. Sino a…digamos…el Joker de Heath Legder (necesito especificarlo porque no todos son iguales). Ese tío es malo, y no solo sabe que es malo, sabe que está loco. Hace las cosas por joder, y si le preguntas porque te dirá que es como un perro persiguiendo un coche, no tiene ni pajolera idea. Y. NOS. ENCANTA. Anda que no se ha dicho que es la mejor representación del Joker de la historia.
Pues no entendía el concepto. No me había dado cuenta hasta ahora. ¿Por Que? ¿P.O.R.Q.U.E? ¿Por qué razón te encantan tanto estos villanos con los que no te identificas, con los que no compartes ideas? Porque todos sabemos que no irías haciendo explotar hospitales porque si, entonces, porque aplaudiste cuando Joker lo hizo.
Tendría que adentrarme en royos psicológicos, metafísicos o yo que se para explicarlo. No lo entiendo muy bien aún. Pero creo que tiene que ver con esa pequeña parte oscura que tenemos. Esa que te hace joder a alguien porque si, esa que quiere prenderle fuego al mundo mientras suena alguna canción de fondo. Los seres humanos somos, no te atrevas a negarlo, un poco autodestructivos.
Y aunque en la vida real tendríamos a esos villanos preferidos como enemigos indiscutibles de la sociedad a los que temer. Nivel asesino en serie. No podemos evitar sentir un pequeño morbo por ellos desde la tranquilidad de nuestros hogares. Y siempre y cuando, las muertes no dejen de ser ficticias.
Hay algo en regodearse en la maldad de uno mismo que resulta adictiva. Y hace, de algún modo, atractivos a los personajes, aunque el lector nunca llegue a empatizar con ellos.
¿Qué opináis vosotros? ¿Podéis enamoraros de un personaje malvado porque si?