Pues nada, me lo he acabado. Y me quedo con una sensación de vacío y de que sus personajes no han alcanzado su máximo potencial. Pero como dice Eblus, se cierra un ciclo. Por fin el demonio alcanza su venganza.
Por si no te has percatado, ávido lector, esta es la tercera entrega de una trilogía precedida por El dueño de las sombras y Crypta, ambos reseñados hace poco en esta misma página. Así que no te enfades, es tu culpa si sigues leyendo, y te cruzas con spoilers.
Sigo enamorada de Eblus, hasta tal punto que a veces alcanzo a olvidarme que se trata de un ser malvado. Cuenta con cualidades, sensibilidades, que se exploran más largamente en este libro, que se esperarían de una criatura llena de bondad. Aunque a veces los más eruditos, son en efecto, los más odiosos.
El libro retoma donde lo dejó el anterior, siguiendo el estilo de la autora, mostrándonos el momento en que Eblus alcanza su punto de máximo poder. La cima de su carrera.
Después de haberme quejado mucho durante los últimos dos libros, sobre como el libro se regodeaba en recuerdos y pensamientos, mientras la acción se reduce a unas pocas páginas, debo retractarme. El objetivo de la historia no era observar los movimientos de Eblus en su subida al poder y su búsqueda de venganza. En efecto estaba errada, y en efecto era una pequeña polilla que no alcanzaba a comprender, pues pese a que la trama ocurre en una serie de sucesos, la historia que pretende contarse esta muy separada de ella. Es el desarrollo del personaje, de Eblus, de lo que va la historia. ¿Cómo ha llegado hasta allí? ¿A dónde va? ¿Por qué quiere esto? ¿Por qué quiere lo otro? ¿Qué va a hacer ahora que lo ha conseguido?
La Trilogía no está centrada, en contra de lo que yo creía, en las acciones de Eblus, sino en su forma de afrontar las situaciones. Lamento si tú también te hayas ahora, al final de la historia, con el mismo descubrimiento.
Muy típico de Care. Ya decía yo en mi reseña del Dueño de las Sombras que le gustaba dar una vuelta de tuerca a la cosas. Me refería yo a la visión que tenemos de las criaturas de ultratumba, pero no. Ella va más allá. Da una vuelta de tuerca a la forma de contar historias.
Porque yo venía aquí muy lista para que todos vivieran felices y comieran perdices, y me ha dado con la puerta en las narices. Estamos hablando de un demonio al fin y al cabo, su definición de felicidad no se acerca a la nuestra.
Solo lamento que no haya sacado más jugo a las hermanas Albás. Llevó tres libros esperando a que Natalia finalmente se ponga las pilas y empiece a repartir leña para que aparezca al final un par de capítulos. Noooooo, yo quería ver cómo consigue amasar el poder, como doblega la voluntad de demonios, como los engaña, como devuelve todos esos golpes que le dieron por ser humana. Y me he quedado con las ganas, pues es Eblus el narrador, y no ha querido contármelo. Por suerte ha hecho un poco más de justicia a Rebeca, aunque me habría gustado ver más su desarrollo como personaje. Tengo la impresión que sigue quedándose como algo muy plano, que cambia a voluntad de la autora.
Una respuesta a “Historias que inspiran: Sapere Aude (Trilogía de Eblus)”