¡Por fin acabo la gran Saga de los Confines! Un poco después de acabar el mes de Liliana. Pero ya tenéis la reseña aquí.
Antes de leer nada más. Este es el tercer libro de la trilogía, así que si no has leído los dos primeros, por lo menos mírate mis reseñas de: Los días del venado y Los días de la sombra.
La más grande y terrible guerra contra el Odio Eterno que se haya librado jamás está por concluir. Las Tierras Fértiles preparan a sus mejores hijos para enfrentarla. Mientras tanto, en las Tierras Antiguas la resistencia se organiza evitando los zarpazos de Misáianes, quien todo lo ve desde la impiadosa quietud de su monte. La diáfana y profunda belleza de Los días del Venado y Los días de la Sombra se multiplica en este último volumen de La saga de los Confines, al servicio de la fantasía y de la aventura para conmover y sobresaltar a los lectores, como nunca, como siempre, en cada página. Liliana Bodoc reafirma, nuevamente, su poética destreza narrativa, el inigualable alcance de su universo fantástico. Valiente en su imaginación, atravesada por su consideración ética de la vida y la naturaleza, Los días del fuego es una novela llena de magia y misterio, destinada a perdurar en la memoria y en los corazones.
1. Acila y más
Mi pequeña gran queja a lo largo de toda la saga fue que no había ni un par de mujeres que pintaran algo en todo aquello. Claro, estaba Vieja Kush, Wilkilen, la Sombra… Muchos personajes femeninos hermosos que podrían haber hecho grandes cosas si salieran de sus papeles de madres, niñas y (en general) la visión que el mundo tiene de las mujeres.
En el ultimo libro, parece que Liliana me oyó desde la tumba, porque introduce a varias mujeres que tienen un papel «activo» a jugar en la lucha contra el Odio Eterno.

Mientras Wilkilen sigue siendo la misma inocente, Nanahuatli es una princesa sin reino viviendo en un nido de pájaro (for dramatic reasons, que a la mujer le gusta sufrir, vamos), Kush esta muy muerta, y la Sombra sigue sin decidirse a enfrentar a su hijo… me estoy yendo en el cabreo… Liliana nos presenta a varias mujeres sacadas de la manga. Desde Vara, que junto a su hermano enfrentara El Odio Eterno en sus raíces, a Nakín, que regresa para ser la narradora de la historia, en forma de memoria de todo lo que no debe olvidarse.
Pero mi favorita fue Acila. Una mujer ni hermosa ni joven. Una mujer lista. Dispuesta a todo para sacar adelante una rebelión, aun sacrificando su vida en el intento. No por avaricia, como muchos otros, sino por un futuro de paz. Una mujer retorcida, maquinadora. La mejor jugadora de yocoy. Por fin, una mujer con los huevos bien puestos. Ojala Liliana hubiera dado al resto de personajes femeninos la capacidad de jugar el yocoy. Nunca lo harían tan bien como Acila, pero por lo menos serían actores y no decorado en la historia (seriously, muchas de ellas podrían substituirse por una ovejita mona, y nada cambiaría).
2. La crueldad de la guerra
Que sí, que me repito, que lo he dicho en las otras dos reseñas. Pero es de lo que más me ha fascinado de la saga. Es ver la invasión sudamericana desde los ojos de los nativos. Los animales con cabellera, la esclavitud, las armas de fuego, las enfermedades de manchas rojas, la destrucción de la madre Tierra… Era como ver el relato de los españoles recorriendo Argentina arrasando pueblos.
Un trabajo de sensibilidad, que hará a cualquier europeo mirarse en el espejo y despreciar esa altanería de ser mejores que escoltan los sideresios a lo largo de los libros. Venidos a igualarlo todo, WTF?
3. Más mitología
Y yo que me enamore de los llamellos. Y me entristecí de no poder ver más de los lulus. Ahora Liliana nos muestra algunos seres de las Tierras Antiguas, los cuales son únicos en la mitología al igual que el resto de seres de los libros.
Las nuberas

Creo que la mejor contrapartida para con las nuberas serían las ninfas de la mitología griega. Seres que parecen mujeres, muy cercanos con la naturaleza, y que pueden alterar su forma en ciertas circunstancias. Nunca queda muy claro si son realmente capaces de transformarse en animales, o si lo de entrar en los arboles es una leyenda. Pero las nuberas si habitan en los bosques alejadas de los hombres, y son de los pocos que resisten contra Misaianes.
El balsero del Yentru
Un símil al balsero que lleva las almas por el río hasta el Inframundo. Aunque este en teoría no lleva a nadie más que si mismo, y no lo verás acercarse a tierra.
La serpiente que se muerde la cola
La serpiente aparece en varias ocasiones desde el primer libro, pese a que yo la pase por alto en muchas ocasiones hasta que no se descubre su significado ya por el tercero. Dire que el conflicto de la serpiente tiene que ver con estar partida, separando cabeza y cola, una en cada extremo del mundo. Y de como acaba la historia, ya os he hecho spoiler.
Pero pese a ser parte del mito original, también podría estar referencia a una figura occidental: el uróboros. Es una serpiente que representa el esfuerzo eterno o inútil, pues todo vuelve a empezar de modo cíclico. Esta asociada además con los alquimistas, lo cual tiene sentido, pues en la trilogía es un símbolo que utilizan a menudo los magos.
4. Ese worldbuilding
No se si es porque se trata de una historia basada en una cultura diferente de la mía. Pero todo resulta tan nuevo y fantástico. Me fascina la capacidad de creación de Liliana, y no puedo esperar a leer más novelas épicas de este tipo.
Cosas a mejorar
Diríjase al punto numero 1, mi queja queda más que clara.
-2. El final
No se si haceros más spoilers o retenerme un poco. Supongo, que basandoos en como acaban toooodas las novelas, creeréis que Thungür y los husihuilkes se las acaban apañando para deshacerse del Odio Eterno.
A eso debo decir que probablemente acabaréis defraudados. Aunque visto lo visto, el final es más correcto a lo hora de plasmar la realidad de una guerra.
En resumen, Liliana consigue ponerle punto y final una saga que me ha enamorado. El worldbuilding, la representación de las penurias de la guerra, los magos y la mitología me han fascinado desde el principio. Mis únicas quejas siguen siendo la falta de mujeres «activas» en la trama. Parece que se le olvide que somos más que madres.
Una respuesta a “Historias que inspiran: Los días del fuego.”