Para empezar, porque es un hospital publico en USA, lugar donde los seres humanos detestan lo publico por alguna razón.
Y segundo…
Psiquiatría y neurología, Iggy y Kapoor.
Una de las cosas que más me gusto empezando a ver la serie fue que se visibilizaran los problemas psiquiátricos. Es como un taboo el tener una enfermedad mental, y mucha gente se niega a recibir tratamiento. Así que ver una ala de hospital especialmente dedicada a estos problemas, con especial énfasis en adolescentes, me parece una fantástica forma de introducir la nueva realidad.
Ya si encima decimos que Iggy Frome, el jefe de psiquiatría es un trozo de pan que vive con su marido y sus 4 hijos rescatados de campos de refugiados… Yo es que me enamoró.
Muchos artículos hablan de la fantástica manera en que se introduce la homosexualidad de Iggy. Se tardan 4 capítulos en decirse que esta casado con un hombre, cuatro capítulos en que lo conoces como medico y persona implicada en la salud mental de sus compañeros. Cuatro capítulos en que lo conoces como persona, antes de que pueda alguien encerrarlo en la casilla de gay.
Y ya si hablamos del dúo dinámico que son Iggy y Kapoor… Suelen colaborar a menudo, pues puede ser difícil determinar si el problema psiquiátrico es solo eso, psiquiátrico, o si hay un problema neurológico (físico en el cerebro).
Así que tienes el inmigrante indio entrado en años, que podría parecer muy conservador (y lo es en cosas como la adicción a las drogas de su hijo, cosa que le ha llevado a distanciarse de él). Que es una especie de mejor amigo y confidente para con el doctor gay. Y la implicación de ambos en la salud de sus pacientes es tan hermosa…
Un show solo de los shenanigans de estos dos, poh favoh.
Los arcos de las mujeres principales no son románticos (en general)
Tenemos dos mujeres principales: Dr Sharpe y Dr Brooks, con tramas y arcos argumentales que raramente tratan temas amorosos. Una novedad, para ser sincera, dado que al auge de Anatomía de Grey hace que sea casi imposible encontrar protagonistas médicos sin algo más que un drama romántico.
Otro gran dúo dinámico, dos mujeres que se esfuerzan por cuidar de sus pacientes, y ni se les ocurriría competir con los hombres, porque para empezar, tienen problemas mayores.
Sharpe es la jefa de oncología y una celebridad mediática, cuyo principales dramas son el reconectar con la medicina, después de haberse dedicado a tiempo completo a la divulgación; gestionar el cáncer de su amigo Max; y luchar contra el reloj biológico de ser madre. Spoiler alert, para la segunda temporada ha decidido pasar de necesitar encontrar un hombre para ello, y a elegido el camino de la adopción para cumplir su sueño.
Brooks es la jefa de urgencias, tiene serios problemas de adicción y una relación espantosa con la su familia que la obliga básicamente a no poder dejar de trabajar, porque ello significaría volver a casa. Para la segunda temporada, lucha con el dolor de una fractura tras un catastrófico accidente, ¡sin medicación! ¡Todo mientras lleva urgencias!
Y lo mejor es que son muy buenas amigas. Sharpe ayuda a Brooks a gestionar su adicción, y Brooks es la confidente de Sharpe cada vez que esta tiene una queja para con su jefe…
El jefe y Reynolds
Son los dos protas que me cuestan más.
Reynolds se supone que es un niño pobre de raza afro-americana que ascendió trabajando duro, y ahora es lo más de los más en cirugía. Pero sinceramente me parece un arrogante, y solo ahora empiezo a ver su sufrimiento, cuando toma bajo el ala a otro chico desfavorecido.
Max juega con la ventaja del cáncer y esposa muerta, que personalmente creo que es un poco overkill. Me fascina más su obsesión por la socialización de la medicina que sus dramas personales.
Y la medicina para todos.
Es la meta de Max como director médico, que todos los pacientes, independientemente de su seguro o fondo, tengan acceso a la salud. Quiere ayudar.
Y seguro que para los no americanos suena super raro, pero como Europea cuento con la sanidad gratuita, o casi gratuita (me cobraron 18 euros por una radiografía, ya ves tu que despilfarro). Me duele pensar que hay gente allí fuera que no puede permitirse el análisis de sangre más básico, o una simple visita al médico por una faringitis.
Eso es lo que pasa en New Amsterdam. Le llaman hospital publico, aunque no lo es, porque se financia con fondos privados, pero acepta a todos los pacientes, puedan o no pagar. Es un hospital «social» en USA, y todos los argumentos de sus capítulos justo buscan expresar el putadon de tener que pagar por un servicio tan caro como este. Siempre habrá algún protagonista, normalmente Max, que tendrá que luchar contra el sistema para que un paciente puede recibir un tratamiento. Es una buena forma de recordarnos el valor de una seguridad social.
