La autora
No he conseguido descubrir demasiado de ti. Cuéntanos un poco sobre tu vida.
Como bien dices, mi biografía empezó en Barcelona en el año sesenta, hija de padres malagueños que, como tantos otros, vinieron a Cataluña soñando con una vida mejor. Desde bien pequeña me gustaba leer y, ya adolescente, empecé a escribir poesía. Era mi manera de desahogarme y sacar fuera todas las emociones que con esa edad se experimentan. Me casé bastante joven y pocos años después nos marchamos de Barcelona a un pequeño pueblo del pre pirineo leridano, en busca de un día a día alejado del estrés de la gran ciudad y rodeados de naturaleza. Después vinieron dos hijos y años de dedicación casi absoluta a su crianza.
Aunque siempre me gustó escribir y tenía facilidad para ello, no me planteé dedicarme en serio hasta muchos años después. Empecé a escribir de nuevo, poesía para niños y cuentos para adultos en prosa. Como el gusanillo de la escritura seguía creciendo, hice unos cursos de Narrativa y Cuento en la Escuela de Escritura del Ateneo Barcelonés. Fue una gran experiencia en la que aprendí mucho y pude comprobar hasta qué punto me atraía contar historias. Para mí, escribir es una necesidad, me lo pide el cuerpo. Aunque sé que lo ideal es ponerse cada día, alterno períodos de mucha actividad creativa, con otros en que nunca encuentro el momento de dedicarme a ello. Y ya se sabe que cuánto más se deja, más cuesta luego ponerse. Necesito tranquilidad emocional para escribir y a veces las circunstancias personales no ayudan demasiado.
¿Cómo enfrentaste la publicación de tu primera obra? ¿Alguna recomendación para los escritores noveles?
Tras dárselo a leer a un par de conocidos, envié el original para una valoración y corrección de posibles fallos. Debo reconocer que el informe que me enviaron me ayudó bastante a pulir el texto y me dio claves para mejorar enfoques y aspectos que se me habían pasado por alto.
Una vez que lo consideré acabado, creo que tuve bastante suerte: la envié a tres editoriales a la vez y una de ellas, “Ediciones El Transbordador” me contestó positivamente al cabo de un par de meses aproximadamente.
Mi recomendación para los que nunca han publicado es que trabajen y corrijan el texto las veces que haga falta, siempre hay algo que se puede mejorar. A la hora de enviarlo, que se informen bien sobre las editoriales en las que puede encajar su obra y que estén dispuestas a admitir originales (cosa cada vez menos frecuente). A partir de ahí que perseveren y no se desanimen ante las negativas o la falta de respuesta. Han de creer en ellos mismos y seguir intentándolo.

Te gustan obras como Rimas y Leyendas de Bécquer o los cuentos de Poe. ¿Alguno de ellos te inspiro a escribir tus propias historias?
Conscientemente no, pero supongo que cuando lees a escritores de esa valía, siempre queda un poso que se va asentando e incorporas a tu propio ser.
Su obra
He leído que te gusta la poesía, ¿tienes algo preparado en ese género?
Tengo escritas poesías para niños. Verdaderos cuentos con más o menos extensión, solo que en verso y no en prosa. Desgraciadamente, no he tenido suerte con las editoriales (hay pocas que publiquen poesía infantil), ni en los concursos donde las he enviado.
¿Cómo fue trabajar con una editorial como El Transbordador?

Fue una experiencia muy grata porque a pesar de ser una editorial pequeña (o a lo mejor precisamente por eso) son muy honestos y creen firmemente en lo que hacen. Me trataron muy bien y me pusieron en contacto con Alex Marín, otro escritor de la casa mucho más veterano, que me ayudó con mucho cariño y de forma desinteresada, a preparar la entrevista que él mismo me hizo en la presentación del libro en “La Font de Mimir”, una librería del barrio donde me crié (casualidades de la vida)de la que solo puedo decir cosas buenas. Todo ese proceso me permitió conocer gente encantadora y dispuesta a ayudar a cambio de nada, y aprender un poco sobre lo que supone publicar a nivel de marketing, saber promocionarse…Un mundo desconocido para mí.
¿Por qué deberíamos leer El Jardín de Edén? Véndenos el libro.
Porque la terrorífica hipótesis que se presenta proviene de algo muy próximo a nosotros. No hay monstruos lejanos o venidos de otra galaxia; el peligro se camufla en lo cotidiano, lo conocido, en algo que la gran mayoría tenemos en casa. Su inquietante atmósfera te envuelve y más de un lector me ha confesado que no ha podido dejarlo hasta acabar. Por suerte, para bien o para mal, es un libro corto, que se lee con rapidez.
¿Estás trabajando en algún proyecto? ¿Puedes hablarnos de él?
Estoy acabando de revisar una serie de cuentos, cuyo hilo conductor es el choque entre la vida rural y la vida en la ciudad.
La inciativa
¿Qué proporción de libros con autoras femeninas hay en tu biblioteca? ¿Crees que es necesario aumentar la visibilidad de obras femeninas?
No sabría decirlo con exactitud, supongo que un tercio aproximadamente. Respecto a tu segunda pregunta y, aunque se ha avanzado mucho en los últimos tiempos, creo que es muy necesario aumentar la visibilidad de obras escritas por mujeres.
¿Qué opinas de la iniciativa #UnAñoDeAutoras? ¿Y de otras similares como Adoptaunaautora o La Nave Inivisible? ¿Las conoces?
Me parecen muy loables y positivas, están haciendo una gran labor. La que más conozco y sigo es la de La Nave Invisible.
¿Qué cambio consideras imprescindible para hacer la igualdad literaria real?
El cambio imprescindible es de mentalidad, y en una sociedad patriarcal como la nuestra es un proceso lento y desigual, al que muchos (escritores, políticos, poderes fácticos…) se oponen con mayor o menor belicosidad y, a otros, simplemente no les parece necesario. Por suerte, creo que las nuevas generaciones están creciendo en un ambiente diferente. Educar en la igualdad en todos los ámbitos es fundamental.
